El justo

«Nomás tú te ríes de mis chistes». El humor de Don Pablo era arriesgado, catártico y cruel. Pero sus tonteras me sacaban carcajadas. Sus concursos de baile, su risa enseñando toda la mazorca y ese chiste que repetimos por años hasta que hoy se volvió realidad. «Ya estoy pa’l hoyo». Y su cita se consumó.

Ya no se enteró, pero desde que empecé a tener conciencia, él fue mi primera inspiración para aprender idiomas y conocer un poquito del mundo que tanto le platicaban sus clientes. Las vueltas en su taxi de turistas me hacían sentir como si fuera de la realeza.

Hasta siempre, Cha-Cha, yo seguiré aquí buscando los costales llenos de oro que me dejaste en algún lado, comprando sin preguntar cuánto cuesta para pedir cambio, parando la trompa y moviendo el bote como tú me enseñaste.

¿Qué opinas?

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.