Se habla inglés

gq-anglicismos-webÚltimamente tengo mucho conflicto con el uso de palabras en inglés que tienen su equivalente en español. Ok, start up, lo acepto, pero… ¿founder? ¿Por qué no puede ser fundador? ¿Meet up no es junta o reunión? Y la lista crece y crece.

Luego también están las palabras mal traducidas pero que si las usas suenas profesional cool, y pues mejor pertenecer que respetar el idioma porque PRIORIDADES. Maxwell nos marcó para la eternidad.

Se considerará esto como señal de que me estoy haciendo mayor y que ya no se me marea tan fácil con falsos conocimientos ni pretensiones. Espero.

El cartoncito que inspiró este post es de modernadepueblo.com una española que considero la Jane Austen ilustrada de nuestra época pues se burla de las cosas que vamos adaptando muy a pesar de nuestras propias personalidades.

Opinión villamelona de futbol parte 2

Germany team

En la primera ronda de eliminatorias, obviamente publiqué mi opinión del partido de México contra Brasil y por qué un empate que pareció un logro. Hoy, a semana y media de lamerme las heridas producidas por la derrota ante la quesque máquina de destrucción holandesa, quiero plasmar mis sentires respecto al partido de Alemania vs. Brasil.

Razones por las que le voy a un equipo que está en otro continente:

  1. Porque tienen mejor actitud ganadora, dicho de otro modo, saben ganar con dignidad, así como gran parte de los mexicanos odian a los americanistas que nada más ganan tantito y se sienten en la posición de humillar a todos los demás, así percibo a los brasileños, e incluso a nosotros, los mexicans. Un ejemplo: la forma de celebrar los goles. Los brasileños, mexicanos y no digamos Cristiano Ronaldo, aprovechamos la ocasión para recordarle a la competencia que somos más cabrones, ¿qué hacían los alemanitos? Se abrazaban y sonreían. Nada de: ahí les va la $%·$ pu%$ o cosas así.
  2. Llevo siete años trabajando bajo el yugo alemán y sus lecciones de disciplina y trabajo en serio y compromiso con la calidad me han hecho admirarlos y una que otra vez, desesperarme con el easy going del mexicano al ahí-se-va. En serio, ya ni me da risa «el ingenio del mexicano». Luego digo: mejor seamos menos «ingeniosos» y más bien hechos. Y la organización, disciplina y profesionalismo no está peleada con la creatividad, ¡al contrario! Un ejemplo: en Alemania, todas las revistas reportan la venta real de ejemplares de cada una de sus ediciones. En México nunca se encuentran números oficiales y solo se entera uno de puros números inflados que nos hacen vivir en una burbuja de ilusión y divez que no le hacen bien a nadie (la verdad). Entonces era muy divertido tener que conseguir por abajo del agua esas cifras para poder armar los exceles y power points que los alemanes aman y que tienen la maestría de resumir en un slide el trabajo de un año. (Me enamoré de eso).
  3. Si van a jugar, van a buscar ganar. Y si pueden ganar, lo van a hacer y si pueden meter goles, los van a meter. Y si pueden vender más revistas porque hay más personas en el mercado, las van a vender.
  4. Hace como cuatro años fui a mi primer Editor Summit a Alemania, en donde el editor en jefe nos lo dijo claro: KILL THE COMPETITOR. Y nos explicaba diversas formas de enfrentar a la competencia y desarmarla, él decía que la piedad es un sentimiento que no existe en la competencia y que si puedes ganar y quedarte con su pedazo, lo hagas porque para eso estás ahí.

Entonces al ver a los alemanitos meter cuantos goles pudieron y sobre todo, ver al portero alemán enojarse cuando le metieron el gol por una distracción del equipo, (siendo que llevaban siete de diferencia), hasta sentí un poquito de emoción. Además creo que cometieron como tres faltas en todo el partido, mientras los brasileños salían a hacer su show de tirarse y dar pataditas por aquí y por allá; ellos cool, ganando elegante y profesionalmente. También sentí un poquito de orgullo. Porque aunque soy más mexicana que los nopales y por más que le escarbe en el pasado turbio de mis abuelos, pues no, no llevo ni una gota teutona en la sangre; solo me queda todo el conocimiento y filosofía que les he aprendido y que espero me dejen marcada para toda mi vida profesional.

(Por cierto, tampoco digo que toooodos los mexicanos seamos mal hechos y fantoches, porque hay gente superprofesional, preparada, inteligente y demás. Ora sí que al que le quede el saco…)

Esto puso un colega alemán en FB respecto a su selección. Y es cierto.
Esto puso un colega alemán en FB respecto a su selección. Y es cierto.

Transformers y la mazacote de fierros

¡Santo el cristo! En mi pubertad era fan de las montañas rusas y las cosas que casi me desnucaran y me mandaran toda la sangre a la cabeza. También era fan de Jason Priestley y Roxette, pero ya no. De ninguna de las anteriores. Y ahora que me subí a la sala 4DX me acordé por qué.

Mi reseña para Transformers, (la parte que sea): caos. Siempre que veo una me prometo no ver la siguiente pero por alguna razón o por otra siempre termino viéndola. Y siempre termino igual de mareada. Bueno esta vez fue peor porque incluyó las sillas locas de la sala 4DX que definitivamente no están hechas para gente como yo que se marea leyendo en el coche.

La experiencia incluye: agua, viento (por delante y por detrás), calorcito y unas puñetadas por detrás para que veamos lo que siente Optimus Prime cada que se lo agarran a moquetazos y eso pasa a cada rato porque todos quieren acabar con Optimus, bola de montoneros. Lo bueno que Marky Mark está ahí para echarle la mano junto con un nuevo talento rubio de shortcitos diminutos y muchas, muchas explosiones y destrucción.

Disclaimer: Si usted está leyendo este post espero que ya haya visto Transformers y le haya gustado o la haya odiado y quiera reírse un rato. Si no la ha visto y odia los spoilers, ayós 😦 

¿Qué está mal a mi forma no-geek de ver Transformers: la era de la extinción?

  1. Marky Mark como inventor, pues yo lo esperaba como un musculoso mecánico que gracias a su conocimiento de bujías y balatas devolvía la vida a Optimus Prime y no porque es un supergenio que no se la crees ni aunque te estén meneando el asiento.
  2. En todas las Transformers termino muy confundida acerca de quién se está peleando con quién. Todas las batallas acaban siendo una mazacote de fierros donde no puedo saber ni a quién le voy.
  3. Está más larga que una Cuaresma bien cumplida, dura 2:40 hrs, con un guión que a duras penas habría llegado a los 90 minutos, pero siento que Michael Bay vio todas las maravillas que podía hacer con el nuevo paquete de efectos de su Power Point de cineasta y como buen Godín indeciso, quiso meter todo aunque no contara nada.
  4. Los dinobots que era lo que más emocionaba al nerdo que me acompaña, salen al final con una participación mínima pues hay tres villanos y a cada uno le va tocando su turno.
  5. Por lo general soy muy fan de Stanley Tucci pero esta vez no me convenció, aunque una vez más culpo al guión que lo vuelve bueno a la primera.
  6. Si quisiera hacerle ver a los productores de la saga, que fenómenos como Megan Fox , aunque son prefrabricados y toda la cosa, no suelen salir el 100% de las veces. Así que no cualquier short cachetero con larga cabellera funcionará todas las veces. Nicola Peltz es una chica simpática pero con menos sex appeal que su predecesora.

Esta película para mí, es como tener un pan sabroso (la historia de autos que se vuelven robots para salvar al mundo, está padre) pero que le echan tantos merengues de tantos sabores encima que terminan dándole en la torre.

 

Mazacote de fierros a punto de entrar en acción.
Mazacote de fierros a punto de entrar en acción.

Dibujito

Le presento la explicación gráfica de por qué no hago dieta y por qué todos los días cultivo mi desidia entrando a theoatmeal.com

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Expectativa vs realidad, versión: mi pelo

Expectativa vs realidad
Expectativa vs realidad

De eso que le llevas la foto a tu tuzador de cabecera con unas altas expectativas acerca de tu cabellera (y la vida y las personas que te rodean), y sales de ahí creyendo que todo es posible y que el cielo es el límite, y al otro día amaneces y: ¡hola realidad, te extrañaba!

Lo que te choca te checa

Cada vez que llegaba a la terapia a desahogarme de algo que me molestaba de alguien más, la conclusión era: lo que te choca, te checa. O sea, esas cosas que no soportas es porque quizá es un reflejo de lo que no te gusta de tu propia personalidad.

Así que en una de esas y soy una intensa sabelotodo o que cree que sabe muchas cosas y nomás anda diciendo (y blogueando) burradas como Olivia Pope.

Olivia Pope es el personaje principal de Scandal, serie con la que me he enajenado como no lo había hecho desde Cuna de lobos. Y grito y hablo con la tele, como cuando me gustaban las telenovelas.  ¿Por?

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Procedo a contar de manera general la trama, si ustedes consideran spoiler a enterarse qué pasa en el primer capítulo, pues nos vemos en el siguiente post. 

Olivia Pope dirige una agencia que maneja las crisis de imagen pública, entonces si a un diputado lo cachan en el teibol, ella será quien limpie su imagen y termine demostrando que estaba ahí, en mero ejercicio de su labor como servidor público. ¿Cómo? Pues con un equipo de gladiadores, gente con turbio pasado en deuda con Olivia, dipuestos a hackear hasta al mismísimo FBI con tal de lograr la plena satisfacción del cliente en turno. Uno de esos clientes es La Casa Blanca. El meollo del asunto es que ¡Olivia tiene queveres con el presidente! Quien obviamente está casado y con hijos, como típico modelo a seguir de la sociedad.

Hasta aquí la trama suena bastante básica y como que no dan muchas ganas de sentarse a verla, pero conforme avanzan los capítulos, especialmente hasta la segunda temporada, todos esos cabos sueltos que vemos en la primera, cuajan y acaba siendo un enredo político-amoroso que uno no puede dejar de ver, como en las épocas doradas de las telenovelas, con momentos del tipo: «¡Ya le dijo!».

Es como un Boss o House of Cards (que no he terminado de ver) con drama, romance y escenas de pasión (mesurada para no perder el PG13).

Las cosas que me gustan y las que me chocan de Scandal:

Me gusta:

  • Jake -Hottie- Ballard
  • La mente retorcida y maquiavélica de Cyrus Beene
  • Cuando ponen en su lugar a Olivia Pope
  • Mellie, porque decidió por lo que apostaba y sacrificaba desde el principio y se mantiene fiel a eso. #TeamMellie
  • La pareja de Cyrus y James
  • La rareza de Huck (aunque a veces digo: tampoco exageres, mano)
  • Que maten sin piedad a todo lo que les estorba
  • Me da mucha risa que a veces en cinco minutos resuelven problemones que involucran a alguien viajando a otro estado y toda la cosa.
  • Los abrigos de Olivia Pope
  • Los intentos en la tercera temporada por ocultar el evidente embarazo de Kerry Washington.

 

Me choca:

  • La quesque intensidad y rectitud de Olivia Pope
  • Y como Comand es todo lo que es Olivia Pope multiplicado por dos, también me choca él
  • Que veamos una situación de infidelidad como algo romántico e inspirador
  • Cuando se arrancan a hablar rápido para demostrar que son muy intensos o muy inteligentes
  • Cuando peinan a Mellie que parece merengue

 

Como sea, cuento los días para la cuarta temporada. La tercera- que lleva un mes en Netflix- se estrena el 23 de julio a las 9pm por Canal Sony.

 

Y una foto de Jake Ballard porque es mi blog y aquí mando yo.

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Por qué estar a dieta no funciona (una charla)

Me encanta habitolicious.com, y esta plática TED básicamente resume mi sufrir. Lo malo de cuando me dejo de «preocupar» por el peso y bajo la guardia, subo kilos. Pero eso quizá sea el efecto de abandonar el estado de hambruna al que someto mi cuerpo. Empezaré a hacer experimentos con el mindful eating y seguiremos reportando.

Avatar de monmargohabitolicious

«Aceptémoslo: si las dietas funcionaran, ya estaríamos todos flaquísimos«. Esta y muchas otras frases por el estilo, que hacen tambalear algunas de nuestras ideas sobre alimentación más comunes, componen la charla TED impartida por Sandra Aamodt, una neurocientífica enfocada en lo que ella denomina «la neurociencia del día a día». De verdad vale la pena tomarse los casi 13 minutos que dura.

Lo antes posteado:

Vivir a dieta vs comer con equilibrio

4 razones por las que puedes recuperar el peso perdido

Ver la entrada original

Li-cua-dos

Ahora sí, sin pretextos. Tomando el sustituto sintético de la tiroxina, agendé cita con la nutrióloga. Y es aquí donde hacemos un paréntesis y cuento una historia de éxito en la que cambiaré el nombre para no ventilar a mis amistades.

Mandy era mi BFF del momento. La chica con el corazón y la personalidad más dulce de la comarca. A su lado uno puede ser quién es y sacar la ironía más cruel del universo con la confianza de que, ella la dulcificará y la hará ver como el comentario más honesto del mundo. Mandy era fan de los frapuccinos y los bagels, como yo, pero cuando se trataba de comprar ropa, ella tenía que irse hasta el fondo del anaquel y sacar la talla más grande. Ella decía ser una gordita feliz con un amante: el chocolate. Hasta que un día dijo: basta. Hizo una cita con una nutrióloga y descubrí que detrás de su dulce personalidad había una fortaleza más grande que la de Jillian Michels. Semana a semana veía su progreso y un día, de shopping, descubrí que ya era la misma talla que yo (hoy es varias tallas menos que yo). La única condición que le puso a la nutrióloga fue: no puedo dejar de comer chocolate. Y así fue.

Una vez visto semejante progreso y motivación, me apersoné con la misma nutrióloga. Le conté toda la historia y empezó su Capilla Sixtina en mí. Primero: un detox. Siete días de licuados de proteína. Día uno: solo licuados, día dos licuado + agua de frutas. Y así gradualmente se agregaban alimentos hasta llegar al último día que incluía pasta.

En esa semana bajé cuatro kilos de peso y aumenté toneladas de autoestima y un renovado amor por mi cuerpo. Cuatro kilos fueron suficientes para que mi ropa de gorda (al principio de la engordadera mi papá me dio dinero para comprarme tres pantalones y blusas que usaría mientras la cortisona hacía su magia) se me cayera. ¡Oh felicidad! Se veía una luz en el camino, después de seis días de no masticar alimento alguno. Ja.

Disclaimer: Si usted no entiende nada de a qué viene esto, empiece por el principio: Capítulo 1.

Ayer merece un post

Todo empezó el miércoles a las 6PM cuando cayó la primera tormenta y decidí dejar el coche e irme a cenar con el novio mientras se disipaba el caos vial. Así fue, dejé el auto en la oficina y al otro día caminé rumbo al trabajo. Estaba feliz porque había sido la mejor idea de todas, pude hacer mi caminata y mi coche estaría ahí esperándome para llevarme más tarde a una presentación de Microsoft en Santa fe. En el camino, por supuesto había tráfico, así que me fui por mi tradicional atajo (que no revelaré por respeto a mis fuentes y a las tres personas que nos lo sabemos), pero consiste en cruzar el bosque agreste de Chapultepec. Oí algo que se parecía mucho a un balazo, muy cerca de mi oido. ¿Tronó el escape de un micro, pisé una bruja, se balacearon a un cristiano…? Nunca lo sabré. Taquicardia y aceleré. Ya estando en Mordor, decidí hacer varias diligencias que tenía pendientes. Anduve de gira por varios corporativos recogiendo y dejando cosas, feliz, muy feliz. Para la hora de la comida estaba de vuelta en Polanco, con todos los pendientes de la mañana reposando plácidamente sobre mi escritorio, entre ellos, grabar el podcast de la revista (que tiene miles de descargas pero iTunes se niega a poner en el top, sabe por qué). Al terminar la grabación, me despedí porque tenía que realizar labores de enfermería con el novio. Empezaron a caer gotas de las gruesas y dije: o me aviento ahora o me voy a quedar en el tráfico. Y me arrojé a los granizos y los charcos, pero nunca imaginé que una hora y dos cuadras después, me quedaría varada en el cruce de Mariano Escobedo y Reforma ante la disyuntiva de poner el coche en neutral  y dejarme arrastrar por la corriente de agua para cruzar el desnivel o abortar la misión y (tratar de) regresar a la oficina.

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Me regresé, pero ya no pude llegar a la oficina. Vi a lo lejos el Liverpool como el paraíso, con sus estacionamientos en alto y su área gourmet. Era la solución perfecta. Al entrar casi besé el piso seco. Me temblaban las manos por la media hora que pasé en pánico total de que se me desvielara el coche que todavía no acabo de pagar. Pedí una cerveza y un sushi. En eso una pareja se puso a hacerme la plática para venderme protectores de celular y mientras yo oía su barullo como ruido de fondo, recordé que, por haberme ido caminando en la mañana hacia la oficina, había dejado mi cartera con tarjetas en mi casa y solo traía 70 pesos. VAGUIDO. Creo que dejé a los dos muchachos hablando solos, voltié a decirle a la mesera que tenía que ir corriendo a Crédito para pedir una tarjeta provisional y poder pagar la cena que me había regresado a la vida.

—¿A qué hora cierran?

—¿A las nueve?

Eran diez para las nueve. Corrí. Me dieron una hoja impresa con un código de barras para poder pagar con él mis compras. Fiu. Dieron las nueve y las vendedoras comenzaron a decir: «Ya vamos a cerrar» ¿Y el estacionamiento? También.

@Gonzalopolis y @Diamandina estaban en un Vips a dos cuadras pero era casi imposible llegar caminando o en coche porque las calles estaban inundadas y había que meter el pie hasta la rodilla en agua que había salido de las coladeras. Estaba en el coche, detenida sobre Horacio cuando le empezaron a salir vapores, por adelante y por atrás. Supongo eran vapores porque eran blancos. Nunca sabré si olía a quemado porque tengo el olfato atrofiado y no distingo olores. Además el olor a caño era más fuerte que cualquier cosa. Ya solo quería llegar a un lugar donde pudiera estacionar el coche y ponerme a ver Scandal en Netflix con lo que me quedara de plan de datos en el celular. Una cuadra más y encontré un lugar. Tuve que dejar el coche bien pegadito a la banqueta y con muchas bendiciones porque los conductores desesperados intentaban meterse por cualquier rincón. Vi a un taxista pasar a dos centímetros de mi pulguita (auto compacto de color negro). Caminé dos cuadras y llegué al Vips.

Eran diez para las diez y la mesera dijo: cerramos a las 10. 😦

Terminaron de cenar y cotorreamos hasta que prácticamente nos fueron a sacar. Ya casi eran las 11. En lo que llegamos a mi coche, el tráfico empezó a fluir sobre Mariano Escobedo y logramos salir de Polanco. Vimos varios vehículos de protección civil, gente con palas retirando hojas y basura de las coladeras y varias grúas levantando coches.

11:40 PM llegué a mi casa, abracé a mis gatas y me puse a ver Scandal.

Fin.

Opinión villamelona de Brasil – México

En esta dinámica de usaré mi blog para hablar de lo que no sé pero reírme en el intento, vengo a contarles por qué el empate de ayer me supo a triunfo y gloria.

Hace unas semanas estábamos preparando la edición de la revista para adolescentes con contenido mundialista y la oficina se transformó en puesto de parafernalia futbolista: había manitas aplaudidoras, inflables, banderas, matracas… El jefe español a quien le debo los momentos de incertidumbre, me dijo: no sé para qué hacen tanto si no van a llegar ni a la segunda ronda.

What?!

Entonces le contesté: jugaremos poquito pero con sentimiento y solo por eso vale la pena todo el show que estamos montando.

El resto de la historia lo conocen: España pierde por goliza frente a la máquina de destrucción holandesa, frente a Chile no puede hacer nada y México, ay México y ay Ochoa. Gloria total.

ochoa-ha-sido-la-figura-del-primer-tiempo