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He escuchado infinidad de veces a amigos, parientes, coworkers y a mí misma decir: No sé por qué tengo un imán para los jefes malosos, los novios patanes, los choques, la gente loca, las amigas traidoras, las suegras metiches, las víboras de oficina -Godinvoras-, etc, etc. Y por ahí vamos quejándonos, lamentándonos y lamiéndonos las heridas. Una vez mi psicóloga me dijo: Lo que te choca, te checa. Y el muro de Berlín se cayó frente a mí. No es que sea imán, sí quizá hay algo de cierto en la ley de la atracción pero creo que más bien tiene que ver con que a cada acción corresponde una reacción o a que son lecciones que tenemos que aprender en la vida o a que creemos que alguien es un maloso patán cuando de algún modo, sin darnos cuenta, estamos alimentando ese comportamiento. Y todo el chiste para terminar con ese imán es aprender la lección, es descubrir esa actitud, comportamiento, onda, maña, modo (¡auxilio, me está dando un AdelaMicha!) que nutre la malaondez del otro. Si no la aprendemos y nomás huimos, cortamos, renunciamos… la historia se repetirá hasta que nos caiga el 20 y parezca un imán o karma que estamos pagando. Y Plop! solo era una tontera que necesitaba afinación.

Acabo de caer en la cuenta que este verano cumplo 10 años trabajando en revistas. Y todo empezó como una historia chafa de chick flick, como casi todo, la verdad. Una amiga me invitó a la premiere de una película que organizaba su revista, entonces vi ‘Cómo perder a hombre en 10 días’. Cuando vi el trabajo de la protagonista, casi me levanto del asiento gritando: ¡eso, eso quiero hacer! Pues llevaba meses aferrada a la idea de conseguir un trabajo en una agencia de publicidad que nunca salió. A la semana se abrió una vacante en dicha revista, esa misma noche envié mi aplicación, a los dos días me entrevistaron, el lunes 15 de julio empecé a trabajar. Y desde entonces ha sido como un roadtrip, a veces toca cruzar terracería sin indicaciones y otras, el camino es tan claro que uno hasta puede ponerse a abrir tumblrs a destajo. Total que eso me dio una idea, empezaré a poner aquí las cosas que he aprendido. No la receta secreta de las revistas exitosas porque para eso tendrían que llegarme al precio *se ríe como Itati Cantoral* pero sí ideas que hacen que uno sufra menos y disfrute el horario Godín.

Bueno así dice Bridget Jones en algún momento de la primera película. Y así me siento, ahora. Sucede que pasé muchos años no creyendo en el amor y esas cosas. También, atorada en antiguos sentimientos, traumas, heridas, chaquetas mentales y demás. Hasta tenía un blog donde despepitaba mis trumas porque asumía no ser la única que pasaba por ahí. Era fan de series y canciones que malhablaban del amor, obvio. Y luego un día, después de un viaje bien acá a Australia, me llegó la iluminación: cut the crap and enjoy your life. Fue en inglés porque andaba yo conectada a mi Sofia’s Vergara English. Pero la idea es deshacerse de lo que estorba y concentrarte en disfrutar lo que tienes. Eso que hemos leído mil ocho mil veces en tuits, blogs, quotes y libros motivacionales. Pero en serio, es como las dietas, hasta que tú decides y cambias la configuración del sistema, es cuando la cosa funciona. Entonces hice cosas como: dejar de gastar a lo menso (un poco, sigo de shopaholic) y concentrarme en deberle al Infonavit por varios años más, limpiar mi clóset y dejar de comprar tiliches durante un año y lo más, más importante: dejar de pelearme con mis sentimientos. Si te gusta fulano y te choca no poder superarlo porque ya sabemos que es caso perdido: acepta que te gusta y ya. Sin más vueltas. Si el otro debería gustarte porque es un tipazo pero pos nomás no hay chispa, acéptalo, no eres tonta ni vanal, solo es así, es un sentimiento. Y conforme empecé a quitar el cochambre fui conociendo más gente y más gente. Un día conocí a un tipo que me hizo reír de una forma diferente, luego resultó que le gustaba ir a conciertos, que se la pasaba viendo series el fin de semana, que iba al cine cada dos días (casi), que amaba probar postres, que… pum! Se volvió amor. Y lo acepté y lo disfruto y ya.